viernes, 10 de julio de 2009
Nada
Ya hace tiempo que he dejado de compadecerme por las miles de humillaciones que han querido inflingirme y que he ido almacenando en el fondo de mis bodegas de desgracia. Pero jamás llegaré a comprender a esas personas que al solicitarles una limosna nos ignoran absolutamente. Ni una negativa verbal, ni un gesto disuasorio, ni una mirada. Nada.
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