miércoles, 25 de marzo de 2009

lunes, 23 de marzo de 2009

Desde las alturas

Parece que no todo está perdido. Un grupo de jóvenes de Girona se han currado una pequeña sonda casera, le han acoplado una cámara digital y han sacado fotos increíbles desde 30.000 metros. Supongo que el proyecto está dedicado a todos aquellos que dicen que la juventud no valen pa´ná.

La sorprendente desaparición del piso trece

Hace mucho tiempo, conocí a un tipo que se llamaba Johnny Goodbye. Era un tío divertido, que siempre llevaba un sombrero azul y que, durante los años 20 vivió en Chicago. Allí conoció a varios indios americanos que trabajaban construyendo los primeros rascacielos, casi todos hoteles. Ellos le contaron como, debido a la superstición de la época, las torres nunca contaban con un piso 13, aunque evidentemente tenían mucha más altura. Simplemente lo obviaban, se lo saltaban. ¡Plof! Como por arte de magia, una planta entera desaparecía.
Siempre me pareció curioso pero imaginé que hoy en día la gente ya no huía de los gatos negros y todas esas cosas. Sin embargo, el otro día, tras registrarme en una gigante mole de más de 20 pisos, subí a mi habitación y comprobé sorprendido como los ascensores saltaban de la planta 12 a la 14 sin pestañear. Es más, ni siquiera existía un botón con el número 13. Simplemente, había desaparecido. Decidí investigar por las escaleras, pregunté a varias personas e incluso hablé con el director del hotel. Pero nadie parecía saber nada. Nunca habían oído hablar del piso 13. Todo un misterio. Decepcionado, subí a mi habitación, que estaba un poco más arriba, y desde mi terraza fotografié el mar, pensando en las bonitas vistas que se habían perdido para siempre unas plantas más abajo.

El monstruo

Todavía quedan monstruos abismales que de vez en cuando salen de las profundidades del océano -y probablemente de otro tiempo- para acabar en mi plato. Y claro está, saben a rayos.

El beso

No tiene el nivel de Doisneau, claro, pero es que la fotografía ha sido tomada por un niño de cinco años con una Nikon casi más grande que él. Se encontró con algo que le gustó -un beso- y optó por retratarlo. Así de simple.

jueves, 5 de marzo de 2009

El bromón

La broma va de cómo perder medio millón de dólares en un segundo. Tiene bastante gracia y cierta maldad. Pero el tío se lo toma con mucho sentido del humor. Es una gran prueba de que el dinero no da la felicidad.

Iceman


Ötzi molaba mogollón. Vivió hace algún tiempo en los Alpes y siempre fue un moderno. Sus colegas le llamaba "Iceman", como a Val Kilmer en Top Gun. Durante su juventud, Ötzi viajó bastante y se dice que tuvo mucho éxito con las mujeres, en parte tal vez porque se dedicaba, básicamente, a vivir. Era un vagabundo, un superviviente. Y era todo un experto. Se paseaba todo orgulloso entre la nieve con su capa, su chaleco, su arco y su sombrero. Un pintillas, vamos. Solía cazar osos y ciervos y después se iba a cenar con sus amigos. También era un gran bebedor. Tenía un montón de tatuajes y lucía una hermosa barba. Un día, discutió con unos tipos por culpa de una mujer. La mujer de uno de ellos, para ser más exactos. Y al parecer, éste tenía muy poco sentido del humor y era grande como un oso. Es más, se rumorea que tal vez fuera un oso. Así que Ötzi, optó por desaparecer... Pero ahora, 5.000 años después lo podemos ver de nuevo con todo lujo de detalles. La tecnología al poder.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Juno

Es la tercera vez que veo Juno en apenas un par de semanas. Puede sonar raro, pero bueno, así es el mundo: unos regalan bombones por el día San Valentín y otros destripan a sus vecinos con motosierras, cada cual con sus manías. Yo, personalmente, disfruto viendo algunas historias varias veces seguidas; creo que se captan más matices, se descubren cosas e incluso, con un poquito de atención, se puede llegar a ver películas diferentes. No sé si depende del estado de ánimo, del grado de interés o sencillamente, es que las cosas siempre son diferentes cada vez que las miras.
Wilde decía que las mujeres demasiado bellas impresionaban menos el segundo día -él era maricón, pero evidentemente no tenía un pelo de tonto- y tal vez tuviese algo de razón pero con respecto a esta peli en concreto -y a su música-, la verdad es que cada vez que la veo, consigue fascinarme un poquito más. 

Así deberían de funcionar todas las cosas.

martes, 3 de marzo de 2009

Las grandes tristezas

Como bien reflexionaba McCarthy, las cosas pasan porque tienen que pasar. No te preguntan primero. No te piden permiso. Suceden. Y punto.

Y es que, este mundo, en ocasiones, no es para los débiles, ni para los fuertes tampoco.

domingo, 1 de marzo de 2009

Las pequeñas alegrías

Han pasado ya más de quince años, pero lo recuerdo perfectamente. Era un domingo por la tarde y yo veía en la tele un partido del Atlético de Madrid frente al Barça. Recuerdo la mala leche con la que digerí el hack trick de un genial Romario. Al descanso, perdíamos por 0-3. Un desastre total. O eso parecía. Porque la verdad es que con el Atleti todo es posible. Aquel día, a golpe de fe, los rojiblancos marcaron cuatro goles y remontaron el partido. Fue sensacional, fue una de esas pequeñas alegrías de la vida, como los primeros tragos de una cerveza helada en una cálida noche de verano.

Esta tarde he vuelvo a sentir lo mismo. Reunidos de nuevo en el Vicente Calderón, se enfrentaban los mismos protagonistas, incluidos Abel y Guardiola; el primero no llegó a jugar, pero estuvo en el banquillo, como hoy. El segundo saltó al césped y aunque cuajó un buen partido, también como le ha sucedido hoy, se marchó a casa desolado, porque nuevamente el Atlético le daba la vuelta al encuentro y se llevaban la victoria con idéntico resultado: 4-3. Todo un espectáculo.