domingo, 30 de noviembre de 2008

La huida (III)

"Correrán ríos de sangre antes de que conquistemos nuestra libertad, pero esa sangre deberá ser la nuestra". Mahatma Gandhi.


El periodista llegó cuando la policía y las ambulancias ya se habían ido. Estaba oscureciendo y una cinta indicaba que el lugar había sido precintado. Tiró el cigarrillo y entró en el bar. Dentro, un tipo escuálido vestido con una camiseta llena de lamparones y guantes metía un estropajo en el cubo y lo frotaba con parsimonia en las paredes. Le miró unos segundos y siguió a lo suyo. El periodista se acercó.

-Buen trabajo, dijo. ¿Estaba muy sucio?
-No vea usted. Esto es así. La sangre no se va con facilidad.
-¿Qué pasó aquí?
-A un tipo se le fue y la lió.
-Buen resumen. ¿No tiene algún detalle más?
-Amigo, eso es trabajo de la policía. El mío es limpiar lo que estos cabrones ensucian. Una vez atrapados, deberían traerlos aquí a limpiar la mierda que dejan por ahí. Pero no, los llevan a un juez después de trabajarlos en la comisaría. Es muy fácil cargarse a un tipo, no es tan fácil limpiar sus sesos.
Volvió a introducir el estropajo en el cubo.
-¿Quiere un cigarrillo?, ofreció el periodista.
-No viene mal.
Dejó el estropajo en el cubo, se quitó los guantes y se acercó a la barra.
-No está mal, hombre, que por una vez me toque un bar. ¿una cerveza?, dijo situándose detrás de la barra y acercándose a la nevera.
-Mejor un chupito de whisky. Ahí detrás, señaló el periodista.
El limpiador se sirvió y sirvió otro.
-A su salud.
-A su salud.
-A ver si ponemos esto en pie, hombre -dijo el periodista- ¿Cuántos cuerpos hay aquí?
En ese momento, entró un policía en el bar.
-Pero, esto ¿qué es? Me voy un par de minutos y estás aquí atracando el bar y poniéndote tibio. Y ¿usted quién es y qué hace aquí?
-Estaba tratando de poner en pie qué había pasado aquí.



NOTA: textos cocinados en un horno cercano.

Sara, dulce Sara



Se llama Sarah Louise Heath Palin, nació en Idaho en febrero del 64 aunque a los pocos meses se fue a vivir a Alaska. Allí conquistó el título de Miss Wasilla con veinte años, y quedó en el segundo puesto del concurso de "Miss Alaska". En el concurso de Wasilla, además tocó la flauta y fue elegida "Miss Simpatía". También lideró el grupo de Atletas Cristianos de su Instituto, del que fue capitana en el equipo de baloncesto. Ganó el campeonato escolar de Alaska, encestando un tiro libre crucial en los últimos instantes de un partido decisivo, pese a tener un tobillo fracturado. Al parecer sus compañeros la apodaban "Sarah Barracuda" por la intensidad de sus jugadas. Poco después, cuando tenía veinticuatro años, se fugó de casa para casarse con su novio del Instituto, Todd Palin. Todd es dueño de un pequeño negocio de pesca, campeón de motonieve y ha ganado la carrera "Iron Dog" de 3.200 km. en cuatro ocasiones.

Sarah Palin es Republicana y ha sido Alcaldesa de Wasilla, Gobernadora de Alaska y candidata a la Vicepresidencia de los Estados Unidos en las últimas elecciones. Se declara aficionada a la pesca sobre hielo, a las hamburguesas de alce y a las motos de nieve. Tiene cinco hijos, es una cristiana no-denominacional y miembro destacado de la Asociación Nacional del Rifle. Firme militante antiabortista, defiende la enseñanza del creacionismo en las escuelas y apoyó la invasión de Iraq, la cual llego a definir como "una misión de Dios". En mayo de 2008 inició un pleito para evitar que el oso polar pasase a formar parte de la lista de especies amenazadas. Y por si fuera poco, ha corrido una maratón, se opone al matrimonio homosexual e intentó despedir, siendo Gobernadora, a su ex cuñado, un agente de policía que se divorció de su hermana. Además, todo hay que decirlo, está bastante buena y es dueña de un bonito hidroavión.

Es, sin duda, todo un personaje, y por eso, cuando la escucho hablar suelo prestar mucha atención a lo que dice. Unas veces me hace mucha gracia y otras ninguna. Pero mirando este vídeo, soy incapaz de ver otra cosa que al tipo de bigote con sonrisa de hijoputa, quien no para de liquidar pavos en una especie de máquina de tortura medieval. Es, sencillamente, genial.

Aquí la peña habla de Aznar, de Fabra y tal, pero los yanquis son los mejores.

La huida (II)

"La fantasía nunca arrastra a la locura; lo que arrastra a la locura es precisamente la razón. Los poetas no se vuelven locos, pero sí los jugadores de ajedrez". Gilbert Keith Chesterton. 


Cuando conocí a Antonio, nunca imaginé lo que sería capaz de hacer algunos meses después. Parecía uno de esos tipos inofensivos, alguien que no mataría ni a una mosca. Era un poco bravucón, es cierto, pero siempre pensé que era de los que no llegaban hasta el final. Me equivoqué.
Nos hicimos amigos poco a poco, fue como beber una botella de Jim Beam tranquilamente, sorbo a sorbo. A veces jugábamos al ajedrez hasta bien entrada la noche en un pequeño y oscuro garito de Malasaña. Él siempre perdía, pero el muy cabrón no dejaba de intentarlo y la verdad es que cada vez me lo ponía más difícil. Hace tiempo, en mitad de una partida se fue al baño a meterse un tiro y yo aproveché para hacer una pequeña trampa: moví mi caballo un escaque a la izquierda, desde C5 a B5, para permitirme poder atacar su torre en el siguiente movimiento. Un poquito más hacia el Oeste, pensé, sonriendo. Cuando regresó, se sentó en el taburete y tras beber un trago lanzó su mirada sobre el tablero. Le observé con atención. No parecía sospechar nada así que me animé: ¡Jaque! Antonio me miró duramente con gesto serio. Entendí que se había dado cuenta. Me había pillado. Discutimos un poco. Tuve que reconocer que había hecho trampas. Coloqué mi caballo en su posición original y continuamos la partida. Gané. Nunca me lo perdonó.
A veces, siempre al mediodía, nos cruzábamos por el barrio. Yo solía ir a hacer fotos por las callejuelas, a esa hora la luz es maravillosa. Antonio, simplemente disfrutaba paseando por ahí. Cuando nos encontrábamos, él siempre sonreía y nos íbamos al bar más cercano a beber cerveza y a charlar sobre mujeres y música. Eran sus temas favoritos. Le gustaban las chicas guapas y las canciones tristes. Tocaba el bajo en un grupo de rock bastante conocido en el mundillo underground de Madrid pero al parecer, las cosas no iban muy bien últimamente. La crisis, solía decir.

- Cada vez hay menos conciertos. El maldito Ayuntamiento está cerrando las salas grandes y las pequeñas no tienen dinero para pagarnos. Las cosas van mal. Muy mal. Hay que hacer algo –decía Antonio visiblemente enfadado.
- Hacer algo, ¿cómo qué? –le preguntaba yo.
- Hacer algo, no lo sé. Pero hay que hacer algo. Tenemos que conseguir pasta de alguna forma. 

Por aquel entonces yo no tenía ni idea de a qué se refería. Y cuando finalmente lo descubrí, ya era demasiado tarde.

sábado, 29 de noviembre de 2008

La huida (I)

"La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio".
Antoine de Saint-Exupery.


Aún no ha salido el sol, pero ya hay cientos de personas caminando por la Gran Vía. Los coches, como de costumbre, rugen por el asfalto. Un mendigo me pide un cigarrillo. No se lo doy. Hace frío y todo el mundo va muy abrigado. Voy al banco, retiro todo el dinero en efectivo y cojo el metro para ir a la estación de Atocha. Miro a una señora mayor sentada junto a mí. La sonrío y me devuelve una triste sonrisa. Apenas tardo 15 minutos en llegar y una vez allí, descubro, tal y como esperaba, que hay mucha gente así que será fácil pasar desapercibido. Observo a los policías que pasean con sus perros pero afortunadamente no parecen fijarse en mí. Tengo suerte, aún no ha saltado la liebre. Llevo un sombrero oscuro, unas botas de piel y un buen abrigo con mi pasaporte, un iPhone y cinco mil euros en sus bolsillos. Es todo lo que me hace falta. De momento.
Mientras espero mi turno en la larga cola de venta de billetes, pienso en cuál sería el mejor destino. Necesito salir del país discretamente. Y rápido. Sobre todo, muy rápido. Quizá tenga un día o dos antes de que todo salga a la luz. Barajo la posibilidad de ir al sur, a Sevilla o a Cádiz, donde tengo contactos y desde donde me sería muy fácil llegar a África. Aunque tendría que implicar a más personas. No creo que sea una buena idea. No hay que dejar ni rastro. Opto finalmente por comprar un billete a Barcelona, desde allí podré pasar a Francia sin utilizar mi pasaporte. Tengo que acertar. No puedo fallar. Las primeras 24 horas son las únicas 24 horas que cuentan.
El tren llega puntual. Subo por el primer vagón pero me olvido de mi asiento y voy directamente a la cafetería. Cojo El País y con un nudo en la garganta empiezo a pasar las páginas esperando no encontrarme una foto mía y un titular escandaloso acompañándola. Suspiro. Sigo de suerte: no hay ni rastro de lo sucedido. Nadie sabe nada aún. Estoy jodido, pero si no la pifio, todavía tengo una oportunidad. Levanto la mirada del diario y veo a una mujer morena beber tranquilamente un café. Es alta y tiene un bonito pelo. En realidad no es lo que se dice una tía buena pero tiene un cierto atractivo. Está distraída, mirando por la ventana. Parece que tiene la mente en otra cosa, sus ojos la delatan. Me gusta de inmediato pero mi instinto me alerta. Es una mala idea. Sonrío. Tengo la sensación que últimamente sólo tengo malas ideas. Vuelvo a sonreír. Supongo que hay cosas que nunca cambian. Me acerco a ella.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Relato breve (y triste)

Escrito por Ernest Hemingway en tan sólo seis palabras. Dice así:

"For sale: baby shoes, never used".

He probado a quitarle alguna palabra pero no funciona. He probado a crear algo parecido pero soy demasiado perezoso. Lo más cercano -en realidad bastante lejano-, siete palabras: "Cuando finalmente lo entendí, era demasiado tarde".

jueves, 27 de noviembre de 2008

Baby, I don't care

Robert Mitchum fue sin duda uno de los tipos más duros y uno de los mejores bebedores de todo Hollywood. Tiene mil anécdotas, claro, pero hay una que me hace bastante gracia. Durante el rodaje de una película en Dublín, el tío estaba bebiendo -como casi siempre- cuando se le acercó un irlandés bajito con ganas de bronca. Al parecer le pinchó con un lápiz en las costillas para llamar su atención e insistió en que le firmara un autógrafo. Mitchum le dijo que esperase a que se acabara su trago, pero el tío insistió tanto que finalmente cogió una servilleta en la que escribió: “que te jodan” y firmó como Kirk Douglas. El irlandés le arreó un puñetazo en el ojo como respuesta. Y él, impasible, liquidó su copa y mirándole fijamente a los ojos, le dijo: “Si esto es todo lo que sabes hacer, señorita, será mejor que vuelvas con tus amigas”.

Era además un actor cojonudo y sorprendentemente también cantaba. Su balada más famosa, se llama Thunder Road, aunque sinceramente, yo me quedo con la de Bruce

3,92

En general, odio la televisión. Toda la programación me parece tan mala, aburrida y carente de imaginación que en realidad básicamente sólo utilizo la tele para ver películas y fútbol.

Eso sí, a veces, fruto de la casualidad, descubro cosas dignas de enmarcar. En Digital Plus hay una cadena de música que por lo visto también ofrece uno de esos concursos telefónicos a los que casi nadie llama. La dinámica es muy sencilla: hay una imagen con varias monedas de euro, se trata de contarlas y de llamar para dar la cifra exacta. Las cuento: hay exactamente 3,92 euros. Al poco tiempo, alguien llama y dice "3,92". La presentadora, una pedorra adolescente le responde que no, que ha fallado. Me siento confundido. Vuelvo a contar las monedas. Efectivamente, son 3,92. Hay tres monedas de un euro, una de cincuenta céntimos, una de veinte, una de diez, dos de cinco céntimos y una de dos. 3,92 en total. No hay ninguna duda. La presentadora, que no para de hablar, da una pista: son menos de cuatro euros. Gran pista. Alguien llama al cabo de un rato: cuatro euros, dice. Oh, qué lastima. Te has acercado pero no es la cifra exacta. Pasan dos minutos más y alguien llama de nuevo: 3,92, asegura. Lo siento, la cifra no es exacta, contesta apenada la joven presentadora. El programa es una tomadura de pelo total pero sigo mirándolo con cierto interés. Ya nadie llama. La chica habla y habla pero nadie llama. Da una nueva pista y aparecen dos cifras: 1,48 y 2,56. Al parecer la respuesta es una de estas dos. Definitivamente no entiendo nada. Miro las monedas y las cuento una vez más: 3,92. La chica sigue invitando a los espectadores a participar. Al parecer hay 1.000 euros de premio y otros 10.000 a los que se puede optar, aunque todavía no sé cómo. Me pregunto cuánta gente estará viendo el programa. Tengo la sensación de que muy pocos. Miro el teléfono al que hay que llamar. Es uno de esos que cuesta un huevo. Pero tengo curiosidad y llamo. Aparece la voz de la insoportable presentadora asegurándome de que he estado muy cerca de poder participar y me invita a probar suerte de nuevo. Cuelgo pensando en el caradura que ha ideado todo esto y lo intento otra vez. Ahora hay suerte. ¿Hola? Mi voz suena en antena. La chica me saluda y me recuerda las dos opciones: 1,48 ó 2,56. La miro fijamente en la tele. Es guapa, pero parece medio lela. 3,92, le digo. No, no -responde ella- tienes que escoger entre 1,48 ó 2,56. Bueno, en realidad -le digo dulcemente- sólo llamaba para preguntarte si eres consciente de que éste es el programa más cutre de toda la historia de la tele. Ya lo decía Fellini -prosigo-, la televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural. Y por cierto, la respuesta correcta es 3,92. La chica sigue confundida cuando cuelgo el teléfono. Ella no puede verme pero yo la sigo observando a través de la pantalla. Cosas del directo, dice nerviosa. Alguien llama al instante y prueba suerte: 1,48, dice. La presentadora estalla de alegría: ¡Enhorabuena, has ganado 1.000 euros! Ahora, el supuesto concursante -sospecho que debe ser un técnico, un cámara o quizá su novio- puede conseguir el premio gordo, los 10.000 pavos. La chica le pide que diga tres números. El tipo responde: el 2, el 4 y el 6. Ella, saca un sobre en el que aparece una cifra: 581. Se trata en realidad de acertar un número entre el 1 y el mil. Super fácil. Le dice que lo siente y que lo intente otro día. El programa termina. Apago el televisor. El mundo va fatal.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

El hombre y la mujer



No puedo evitarlo. Me encantan las misses y sus opiniones acerca de la naturaleza humana.

برج دبي

Su Burj Dubai o Torre de Dubái es, por ahora su proyecto más ambicioso, pero seguro que sus petrodólares son capaces de maquinar más monstruosidades.

Según he leído, el 20% de todas las grúas del mundo están concentradas en la ciudad árabe. Viendo estas fotos, no es de extrañar. La primera imagen es de 1990 y, salvo unos pocos edificios, sólo se ve un inmenso desierto.


La segunda fue tomada en 2008; los edificios siguen allí, pero ya no queda ni rastro del desierto.


En 1587, el mercader veneciano Gaspero Balbi mencionaba el nombre de Dubái como uno de los lugares donde trabajaban los venecianos, buceando en busca de perlas. Seguro que por aquel entonces era un lugar hermoso.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Drogas legales

He optado por pegarme un pelotazo. Uno de los buenos: un poco de glicina por aquí, algo de povidona K30 por allá, dióxido de silicio y como no, estearato magnésico. Todo ello, combinado en cápsulas de gelatina con dióxido de titanio e indigotina.

El resultado, como no, es la bomba.

martes, 18 de noviembre de 2008

Los Sirius


Piratas

Hace ya más de tres siglos, mi antepasado, Francisco de Hadoque se enfrentó al temible Rackham el Rojo. Por aquel entonces, el mar estaba infestado de piratas y corsarios.

Desgraciadamente las cosas no parecen haber cambiado mucho, ya que todavía hoy, piratas más modernos -pero piratas al fin y al cabo- siguen navegando a sus anchas por aguas de medio mundo. Los últimos acontecimientos se centran en el océano Índico y su última presa ha sido un superpetrolero de 330 metros que escondía crudo por valor de más de 100 millones de dólares en sus entrañas.

Lo curioso del asunto, es que la embarcación secuestrada se llama "Sirius", el mismo nombre que tenía el barco que hace algunos años utilizamos para  buscar el tesoro de Rackam el Rojo. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Cómo los añoro! Sospecho que tarde o temprano habrá que volver a echarse a la mar.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

El precio de matar

Hace casi tres años, unos niñatos pertenecientes a familias acomodadas de Barcelona, entraron en un cajero de La Caixa donde dormía una indigente, la rociaron con 25 litros de disolvente, encendieron un cigarrillo y la quemaron viva.

Dos de ellos tenían 18 años y les han caído 17 de cárcel. El otro pequeño cabrón, tenía 16. Le metieron ocho años de internamiento en un centro de menores.

Pero lo sorprendente es que, además tendrán que indemnizar a la madre y a la hija de la víctima con 46.000 euros y a La Caixa con 26.000 euros por los daños provocados. Matar a una persona: 46.000; quemar un cajero: 26.000. Menos de la mitad. Últimamente la vida humana cotiza a la baja.

África, a la deriva


El tipo se tiró más de dos años recorriendo Mali, Senegal y Mauritaria buscando un billete para llegar a las Islas Canarias en cayuco. Las mafias locales le engañaron varias veces. Finalmente lo consiguió y embarcó desde una playa de Mauritania, junto a 39 inmigrantes -incluida una niña de menos de un año-, destino a la isla canaria de El Hierro. Y no sólo embarcó, sino que lo grabó todo. Un vídeo increíble; un desastre total.

Se llama Dominique Molard, es periodista y se la ha jugado.

Vivió tres intensos días y tres frías noches de dura navegación hasta que, en mitad del océano, el cayuco rompió su último motor y todos quedaron a la deriva. Un infierno.

Pero tuvieron suerte: tras una llamada vía satélite, un enorme petrolero ruso desvía su ruta y consigue rescatarlos. A los rusos no les hace mucha gracia, no les tratan demasiado bien. Están perdiendo tiempo y cada día le cuesta al armador 150.000 Euros. No les dan ni vodka. Y además, a la mañana siguiente los entregan a una patrullera marroquí. Todos de vuelta. Fin del viaje.

A Dominique no le fue mal. Ha vuelto sano y salvo con su exclusiva bajo el brazo. A los inmigrantes les ha ido fatal. Y les irá peor.

lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Una soplona?

Me encanta el titular de esta noticia. Al parecer Miriam Makeba murió poco después de actuar en un concierto y como éste era a favor del escritor Roberto Saviano, al periodista de El País le pareció una buena idea darle un toque mafioso a la historia. O tal vez piense que romper la omertà genera mucho estrés, quién sabe.

The Spirit



En los años 40, Will Eisner, creó un personaje de cómic, Spirit y estas navidades Frank Miller estrena nueva película. No sé si la adaptación será interesante o no, pero al menos salen mogollón de tías buenas.

De todas formas, esta vez no me interesa tanto la historia, sino los carteles de la peli. Por el momento hay muy pocos y aunque todos molan bastante, ninguno es el oficial. Por el momento...

¿Qué hay de nuevo, viejo?


En algún sitio muy lejano alguien decide que un conejo muy famoso no es en realidad tan famoso como debería. Obviamente hay que tomar medidas urgentes para solucionarlo. Así, poco después, y en otro lugar, alguien se pone a trabajar en ello.

viernes, 7 de noviembre de 2008

El curioso caso de Benjamin Button



David Fincher siempre me ha parecido un tipo bastante turbio, muy oscuro, una especie de perturbado mental del cine. En su última película vuelve a las andadas, aunque esta vez cuenta el sueño de mi vida: el mundo al revés. No es una idea nueva, claro, pero sería emocionante vivir y morir así.

jueves, 6 de noviembre de 2008

El último minuto


Los guionistas del fútbol siguen esmerándose en buscar finales inverosímiles pero su imaginación empieza a agotarse. Sospecho que para poder seguir sorprendiendo al público tendrán que currárselo un poquito más, porque lo del penalti en el último segundo empieza a estar muy visto. Con sólo pensarlo un par de minutos se me ocurren varios finales más interesantes para los próximos partidos:

1.- A punto de finalizar el encuentro, con empate en el marcador, un rayo cae sobre un árbitro de tercera división y su silbato suena justo en preciso instante en el que cae fulminado. Los jugadores detienen el partido pero nadie sabe qué ha pitado. Tras consultarlo con el público, el juez de línea finalmente señala fuera de juego del equipo visitante y expulsa al portero local por pérdida de tiempo. El partido se reanuda con el cuarto árbitro al frente.

2.- Minuto veinte de la primera parte en el Santiago Bernabéu. El equipo local golea por tres goles a cero. En ese momento, Obama retira su apoyo a Israel y en todo el Oriente Próximo estalla una brutal guerra. Una bomba atómica de 20 megatones cae fortuitamente sobre el estadio, destruyendo todo en un radio de 30 kilómetros. El partido se suspende por falta de futbolistas sobre el terreno de juego -y por falta de terreno de juego- dándose por bueno el resultado que figuraba en el luminoso antes del impacto.

3.- Último minuto de partido con empate a siete goles en el marcador. El equipo visitante se dispone a sacar un córner cuando un defensa agarra a un delantero rival y comienza a besarlo apasionadamente. El portero, tras quitarse los guantes, se une a ellos y se forma un rápido ménage à trois sobre el césped. El árbitro, sin dudarlo un sólo instante, pita libre indirecto pero un terremoto de 9,5 puntos en la Escala de Richter impide que el partido continúe.

Bush pierde

Obama gana


«Esta noche, esta noche más que cualquier otra noche, no tengo en mi corazón nada más que amor por este país y por todos sus ciudadanos, me hayan apoyado a mí o al senador Obama. Deseo que Dios acompañe al hombre que fue mi rival y será mi presidente. Los estadounidenses nunca nos retiramos. Nunca nos rendimos. Nunca nos escondemos de la historia. Hacemos historia. Que Dios os bendiga a todos».

John McCain

Naturaleza salvaje






Algunas de las ganadoras de la última edición del Best Wild Animal Photos que organiza cada año National Geographic pueden parecer duras pero a mí me parecen realmente hermosas. Otras, en cambio, resultan muy difíciles de entender.

martes, 4 de noviembre de 2008

Satirarte

La verdad es que este tipo juega en otra liga. Sus reflexiones gráficas tiene tanto nivel que seguro que a muchas personas les toca los cojones todo lo que hace. Lo cual es para estar orgulloso, todo hay que decirlo. Sospecho que en El País sólo le toleran porque es el favorito de los lectores. Algunos ejemplos aquí.

lunes, 3 de noviembre de 2008

La última curva


Al final -muy, muy al final- Hamilton se ha salido con la suya y se lleva el campeonato a casa. Fue una bonita jornada con un final realmente intenso. Ha sido, y de largo, la carrera más divertida del año.

Aunque las mejores imágenes no estaban en la pista, sino en el box de McLaren. Ella se llama Nicole, y al parecer canta, baila, actúa y además se cepilla a Lewis. ¡Enhorabuena, campeón!

sábado, 1 de noviembre de 2008

Un mundo de locos

Lo que le han hecho a Asha es una auténtica vergüenza. Es una locura. Es un desastre total. Qué mala suerte nacer en algunos países.

Massa attacks!



Hace un año vimos un final de campeonato en Brasil realmente divertido. A ver qué pasa mañana. La pole para Massa, Hamilton cuarto y Alonso sexto. El inglés lo sigue teniendo todo a su favor pero yo no apostaría mucho dinero por él.

El tricampeón del mundo, Nelson Piquet Senior, asegura que no pasará de la primera curva. Aunque el ex piloto brasileño tiene fama de ser un poco bocazas. Hace años, llegó a decir que sólo había una cosa en la que Mansell ganaba a todos los demás: su mujer era la más fea de todo el paddock.