Desgraciadamente las cosas no parecen haber cambiado mucho, ya que todavía hoy, piratas más modernos -pero piratas al fin y al cabo- siguen navegando a sus anchas por aguas de medio mundo. Los últimos acontecimientos se centran en el océano Índico y su última presa ha sido un superpetrolero de 330 metros que escondía crudo por valor de más de 100 millones de dólares en sus entrañas.
Lo curioso del asunto, es que la embarcación secuestrada se llama "Sirius", el mismo nombre que tenía el barco que hace algunos años utilizamos para buscar el tesoro de Rackam el Rojo. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Cómo los añoro! Sospecho que tarde o temprano habrá que volver a echarse a la mar.
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