lunes, 29 de diciembre de 2008

Gomorra

Todos los que conozco o han muerto o están en la cárcel. Yo quiero ser un boss. Quiero tener supermercados, tiendas, fábricas, quiero tener mujeres. Quiero tres coches, quiero que cuando entro en una tienda se me respete, quiero tener almacenes en todo el mundo. Y después quiero morir. Pero como muere un boss auténtico, uno que manda de verdad. Quiero que me maten.

Extracto de una carta enviada por un chaval encerrado en un correccional de menores en Secondigliano, Nápoles.

Teorías


¿Algún día sabremos de qué va en realidad esta broma? ¿O quizá la broma consiste precisamente en eso, en no saber nunca nada?

24 hours party people

domingo, 28 de diciembre de 2008

I feel pretty



Grandes conceptos + grandes ideas = grandes spots. Poco más hay que decir. Si acaso, repasar el origen de todo y dar las gracias al maestro Leonard Bernstein.

El kilómetro siete de los cuernos de tu padre

Qué cosas. Hay peña que tiene trabajos raros e incluso jodidos, pero he visto a un tipo que se lleva la palma. Trabaja en la tele, dice. Lo conocí en un bar y me cuenta que tiene uno de esos programas de televisión en los que hay que averiguar qué se ve en la pantalla y si aciertas, ganas unas entradas para el cine. Todo adornado con música de Top Gun de fondo.

Me pongo a investigar y encuentro varias cosas en You Tube. Como muestra, este vídeo. Es un poco largo pero no está de más ver un rato para comprobar:

1.- Lo aburrida que es la vida de la peña.
2.- La cantidad de tiempo libre que tienen.
3.- La falta de creatividad a la hora de crear ideas (aunque éstas sean maldades).
4.- Que la gente, por dinero, hace lo que sea.

Me pregunto cómo será la vida del presentador. Él se ríe cada poco pero sospecho que su trabajo no le hace ninguna gracia. Ni su vida. ¿Estará casado? Y si es así, ¿qué opinará su marido o su mujer con respecto a su curro? ¿Y sus amigos? ¿Cómo serán las cenas con sus amigos? Se tienen que partir de risa. El tío es una apuesta segura para llevarlo a una cena de idiotas. En un momento dado del programa, un chico le pide permiso para saludar y saluda a su cuñado y a su puta madre. El presentador dice todo serio: "Ya me lo imaginaba". Todo un detective, un artista. 

Hay otras dos partes, muy curiosas (acaba enganchando). He rescatado las siguientes lindezas. Tras mostrar la imagen en la pantalla y ante la pregunta de "¿qué crees que puede ser?", los concursantes le responden:

1. Un calvo cabrón.
2. Una teta de tu madre.
3. La otra teta.
4. La tumba de tu madre.
5. El kilómetro siete de los cuernos de tu padre.
6. Los surcos que deja la silla de ruedas de la puta de tu madre.
7. Un aparato para medir tus cuernos.
8. La polla de tu viejo retorcida.
9. Un consolador de elefantes.
10. Un nicho con las calaveras de todos tus muertos.

En un momento del segundo vídeo, aparece otro presentador, aunque su presencia es efímera. Se quitó de en medio rápido. Me recuerda a un profesor que tuve hace muchos años. Creo que ambos siguen en el psiquiatra. Y también hay que pensar en su otro compañero, el que intenta cortar las llamadas cuando empiezan a insultarle. ¡Menudo estrés!

Vaya nivel que tiene este país...

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Sin título

John Kolesidis, Atenas, diciembre de 2008.

Stand by me



Otro proyecto super interesante, Playing for Change, un movimiento creado para inspirar y conectar a las personas de todo el mundo a través de la música. 

martes, 23 de diciembre de 2008

Educación visual

Un interesante crítica a los grafiteros de cuarta división. Los muy idiotas no se enteran: se trata de crear, no de destruir. Toda una lección.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Desde Oriente


Una bonita historia desde Lahore, en Pakistán.

viernes, 19 de diciembre de 2008

(Infra)mundo



Primera, segunda y tercera mejor foto del año, según Unicef.

La ganadora, Alice Smeets muestra la cara oculta del paraíso de Haití. El segundo premio fue para Oded Balilty, quien nos sigue recordando el drama tras el último terremoto en Sichuan, visita obligatoria en cualquier viaje sensato a China. El tercer premio fue para Balazs Gardi, retratando el horror del día a día en Afganistán.

Éste es el mundo en el que vivimos y estos fotógrafos no quieren que nadie lo olvide. ¡Bravo por ellos!

Mascotas




En varios poblados de Nigeria, si quieres ir de tipo duro, la cosa está difícil. Para empezar, si no eres un negro de metro noventa y más de cien kilos de puro músculo, estás en desventaja. Y si además, no tienes una gigantesca hiena como mascota, directamente estás jodido.

Algunos de sus dueños llevan, además, huesos en lugar de palos. Espero que no sea de algún fotógrafo blanquito que se pasó de listo.

Lo cierto es que, para que negarlo, tanto los tipos como sus bichos acojonan un poquito. Quizá sea porque no sonríen. O tal vez sea porque -y esto es peor aún- no tienen ningún motivo para sonreír.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Super pene


"Mediante las diferentes secciones de nuestra completa guía intentaremos hacer que todos nuestros lectores comprendan que existen métodos y tratamientos muy eficaces de alargamiento de pene sin tener que recurrir a la tan peligrosa y costosa cirugía. Además les tendremos informados sobre ofertas, novedades, actualizaciones, artículos y descuentos que pudieran resultar de interés para todos ustedes para el tema del alargamiento de pene."

Fascinante.

En la imagen, los casi 30 cm. del pene de Rasputín. Obviamente, a él no le hacía falta ningún artificio para aumentar el tamaño de su miembro. La carita de la chica da buena prueba de ello.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Lucky Strike


Hoy he leído la historia de un tipo que decidió convertirse en jugador de póquer profesional. No era nada extraordinario, no había ganado un millón de dólares ni nada parecido. Pero se dedicaba a eso, vaya. Un par de viajes al año a Australia y a Las Vegas para participar en torneos on line y de vuelta a casa a contar los billetes y a seguir jugando. Al parecer, al tío no le va nada mal. Así que, en realidad, si lo piensas un instante, sí que es extraordinario. ¿A qué te dedicas? Juego al póquer. Tiene huevos el asunto.

Lo curioso es que hace un par de semanas, un amigo me habló de dos tipos, dos futbolistas de tercera división que deciden, con veintitrés años, colgar las botas. ¿Por qué? Para jugar al póquer. Y les va razonablemente bien. ¡A unos futbolistas de tercera división! Vamos, no me jodas.

Así que no lo pensé dos veces y me lancé a una página de póquer on line. Una vez allí, y tras estudiarla durante un par de minutos, me decido y hago un ingreso de mil pavos. Vamos a jugar. Le dinámica del Texas hold 'em es muy sencilla. Lo difícil es ganar.

Cada jugador arranca con dos cartas o pocket cards -que nadie más que él puede ver- y se inicia la primera ronda de apuestas. No suele ser superior a los 25 ó 50 dólares. Aquellos que hayan entrado al juego pueden optar a combinar su mano con el flot, consistente en otras tres cartas descubiertas y comunes a todos. Aquí llega un nuevo turno de apuestas. Es una parte importante de la partida, ya que los jugadores pueden empezar a barruntar cosas. Ahora, el olfato, el instinto y la experiencia pueden jugar un papel crucial. En el flot es habitual que las apuestas superen los 100 dólares, así que sólo suelen entran los jugadores que tienen buenas cartas. Una pareja o un proyecto atractivo como mínimo. Eso lo descubrí rápido. La gente no suele farolear. Sospecho que le tienen bastante aprecio a su pasta. Peor para ellos.

Sigue el juego. Los que aún se mantienen con vida, pasan a la siguiente fase, la cuarta calle, en la que se descubre una nueva carta común a todos y a continuación, se vuelve a apostar. Todos aquellos que han llegado hasta aquí suelen ir bastante en serio y apuestan como kamikazes. Básicamente porque si tienen una buena jugada, quieren sacar el máximo dinero posible. Y lo quieren rápido, sin enzarzarse con nadie. Pero si no llevan buenas cartas, se aferran a su última esperanza: buscan, desesperadamente, la suerte. Y la suerte, en realidad, no existe. Existe la buena suerte y la mala suerte, claro, pero no la suerte como tal. Así que a la larga, suelen perder. Pero ellos apuestan. Y así, en la última y definitiva fase, la quinta calle, se destapa la carta final, una vez más, común para todos. Y una vez más, se apuesta. Aquí la gente se lo piensa bastante. La web incluso te ofrece un porcentaje de éxito frente a tus rivales. Así puedes medir tus posibilidades, aunque en realidad todo el pescado está vendido. Lo que sucede a continuación, es lo que siempre ha sucedido: unos se reservan y otros apuestan; unos se rajan y otros se tiran un farol; finalmente, un tipo gana y, a veces, otro tipo, tras una mala decisión, pierde todo lo que tenía. Como la vida misma. Nada nuevo, vaya.

Es un hermoso juego aunque lo malo de las partidas on line, es que, obviamente nadie te ve la cara. Ni tú ves a tus rivales. No hay ojos impenetrables. No hay personalidades. Ni humo, ni tics. Imposible poner cara de póquer. No funciona. Comprobado. Supongo que eso perjudica a los impasibles, a los McQueen y compañía, pero a la hora de la verdad, permite a la gente relajarse y concentrarse exclusivamente en el juego, como en el ajedrez. Yo he disfrutado. He jugado durante un par de horas y he ganado 10.000 dólares. Media hora después, lo había perdido todo. Nunca aprenderé.

martes, 9 de diciembre de 2008

Lucha real

El, por aquel entonces, Príncipe Juan Carlos se defiende de la super patada de kárate del Rey Constantino II de Grecia en la isla de Corfú, en septiembre de 1966. Viendo la cara del monarca, es, lo que se dice, una lucha totalmente real. Eso sí, hasta donde yo sé, no había osos ni vodka en los alrededores.

Imagen de David Lees para la revista Life

domingo, 7 de diciembre de 2008

Irlandeses, cervezas y mujeres

En un oscuro pub del Temple Bar, un tipo grande como un oso abraza a dos mujeres. Es medianoche. Está completamente borracho. Ellas ríen. ¿Cuantos irlandeses hacen falta para cambiar una bombilla?, les pregunta mientras se bebe de un trago su enésima pinta de Guiness. ¿Cuántos? preguntan divertidas ambas chicas a la vez. Dos, responde el tipo. Uno la sujeta y el otro bebe hasta que la habitacion empieza a girar. 

Look Left

Paseos espaciales



Las vistas tienen que ser la bomba desde allí arriba.

World Press Photo


La primera es de Mogens von Haven, en 1955. La segunda, de Malcolm W. Browne, en 1963. Más fotos increíbles aquí.

viernes, 5 de diciembre de 2008

lunes, 1 de diciembre de 2008

La huida (IV)

"Si eres feliz, escóndete. No se puede andar cargado de joyas por un barrio de mendigos. No se puede pasear una felicidad como la tuya por un mundo de desgraciados". Alejandro Casona


El tren volaba hacia Barcelona aunque para mí no pasaba el tiempo. Supongo que ella era una agradable compañía. Yo necesitaba relajarme durante un rato. No quería seguir pensando en la que lió el hijoputa de Antonio en aquel asqueroso bar. Y ella era la excusa perfecta. Se llamaba Lucía, era médico y aunque al parecer ya no ejercía, siempre viajaba con un estetoscopio. Nunca se sabe, decía. Una chica interesante. Treinta y tantos, morena, atractiva, de fácil conversación. Era, sin duda, un personaje singular. Venía de las playas del sur y su aspecto desastrado daba buena cuenta de ello. Hablamos del mar, de Madrid, de Barcelona y de una amiga suya que era medio bruja y se ganaba la vida echando las cartas. Miraba intensamente, como buscando respuestas en mi interior. Tenía unos profundos ojos negros que hipnotizaban. Y hablaba muy suavemente, pensando cada una de las palabras que pronunciaba. Tomándose su tiempo. Disfrutaba conversando. Se notaba. Y yo disfrutaba de su compañía. Y eso también se notaba. Cuando el tren llegó a la Estación de Sants, sentí que aún teníamos mucho de que hablar, que tal vez debería volver a verla. Era una mala idea, claro. No era el momento más oportuno pero yo no quería que esto acabase así. Anoté su número de teléfono y prometí llamarla. Lucía me creyó. 

Tardé muy poco tiempo en llegar al Barrio Chino. Allí conocía un burdel donde me podría quedar unas pocas horas y empezar a pensar en un plan. La dueña era una antigua amiga. No haría demasiadas preguntas y no me molestaría nadie. Necesitaba un plan. Y lo necesitaba ya. Pero mientras caminaba por las estrechas callejuelas me di cuenta de que aquello ya no era como en los viejos tiempos. El barrio era diferente. Estaba inundado de jóvenes universitarios, de galerías de arte y tiendas de discos. Unos turistas le preguntaban a un anciano la dirección de un hotel cercano aunque él no parecía entenderles. La luz del sol lo iluminaba todo. No había ni rastro de aquel barrio gris que yo recordaba. Todo era diferente. Y el restaurante que se alzaba en la antigua casa de putas lo confirmaba. Todo había cambiado. Hacía demasiados años que no pasaba por allí. La ciudad era ahora una completa desconocida para mí. De repente me sentí intranquilo. Me sentí un extraño. Miré a mi alrededor y la figura de dos Mossos d'Esquadra me hizo recordar mi situación. Tenía que salir de allí. Decidí alquilar un coche y largarme de inmediato. Con un poco de suerte podría llegar a París por la noche, dormir en alguna pensión de mala muerte donde no me pidieran papeles y coger un tren por la mañana, destino a algún sitio. Pero, ¿a dónde? El siguiente paso sería decisivo. La pasma no tardaría en empezar a atar cabos. Necesitaba pensar. Sentía que la cabeza me iba a estallar pero cuando me senté al volante del Volkswagen Golf y arranqué el motor, dejé de preocuparme. Tenía un largo viaje por delante para pensar en mi próximo destino.

domingo, 30 de noviembre de 2008

La huida (III)

"Correrán ríos de sangre antes de que conquistemos nuestra libertad, pero esa sangre deberá ser la nuestra". Mahatma Gandhi.


El periodista llegó cuando la policía y las ambulancias ya se habían ido. Estaba oscureciendo y una cinta indicaba que el lugar había sido precintado. Tiró el cigarrillo y entró en el bar. Dentro, un tipo escuálido vestido con una camiseta llena de lamparones y guantes metía un estropajo en el cubo y lo frotaba con parsimonia en las paredes. Le miró unos segundos y siguió a lo suyo. El periodista se acercó.

-Buen trabajo, dijo. ¿Estaba muy sucio?
-No vea usted. Esto es así. La sangre no se va con facilidad.
-¿Qué pasó aquí?
-A un tipo se le fue y la lió.
-Buen resumen. ¿No tiene algún detalle más?
-Amigo, eso es trabajo de la policía. El mío es limpiar lo que estos cabrones ensucian. Una vez atrapados, deberían traerlos aquí a limpiar la mierda que dejan por ahí. Pero no, los llevan a un juez después de trabajarlos en la comisaría. Es muy fácil cargarse a un tipo, no es tan fácil limpiar sus sesos.
Volvió a introducir el estropajo en el cubo.
-¿Quiere un cigarrillo?, ofreció el periodista.
-No viene mal.
Dejó el estropajo en el cubo, se quitó los guantes y se acercó a la barra.
-No está mal, hombre, que por una vez me toque un bar. ¿una cerveza?, dijo situándose detrás de la barra y acercándose a la nevera.
-Mejor un chupito de whisky. Ahí detrás, señaló el periodista.
El limpiador se sirvió y sirvió otro.
-A su salud.
-A su salud.
-A ver si ponemos esto en pie, hombre -dijo el periodista- ¿Cuántos cuerpos hay aquí?
En ese momento, entró un policía en el bar.
-Pero, esto ¿qué es? Me voy un par de minutos y estás aquí atracando el bar y poniéndote tibio. Y ¿usted quién es y qué hace aquí?
-Estaba tratando de poner en pie qué había pasado aquí.



NOTA: textos cocinados en un horno cercano.

Sara, dulce Sara



Se llama Sarah Louise Heath Palin, nació en Idaho en febrero del 64 aunque a los pocos meses se fue a vivir a Alaska. Allí conquistó el título de Miss Wasilla con veinte años, y quedó en el segundo puesto del concurso de "Miss Alaska". En el concurso de Wasilla, además tocó la flauta y fue elegida "Miss Simpatía". También lideró el grupo de Atletas Cristianos de su Instituto, del que fue capitana en el equipo de baloncesto. Ganó el campeonato escolar de Alaska, encestando un tiro libre crucial en los últimos instantes de un partido decisivo, pese a tener un tobillo fracturado. Al parecer sus compañeros la apodaban "Sarah Barracuda" por la intensidad de sus jugadas. Poco después, cuando tenía veinticuatro años, se fugó de casa para casarse con su novio del Instituto, Todd Palin. Todd es dueño de un pequeño negocio de pesca, campeón de motonieve y ha ganado la carrera "Iron Dog" de 3.200 km. en cuatro ocasiones.

Sarah Palin es Republicana y ha sido Alcaldesa de Wasilla, Gobernadora de Alaska y candidata a la Vicepresidencia de los Estados Unidos en las últimas elecciones. Se declara aficionada a la pesca sobre hielo, a las hamburguesas de alce y a las motos de nieve. Tiene cinco hijos, es una cristiana no-denominacional y miembro destacado de la Asociación Nacional del Rifle. Firme militante antiabortista, defiende la enseñanza del creacionismo en las escuelas y apoyó la invasión de Iraq, la cual llego a definir como "una misión de Dios". En mayo de 2008 inició un pleito para evitar que el oso polar pasase a formar parte de la lista de especies amenazadas. Y por si fuera poco, ha corrido una maratón, se opone al matrimonio homosexual e intentó despedir, siendo Gobernadora, a su ex cuñado, un agente de policía que se divorció de su hermana. Además, todo hay que decirlo, está bastante buena y es dueña de un bonito hidroavión.

Es, sin duda, todo un personaje, y por eso, cuando la escucho hablar suelo prestar mucha atención a lo que dice. Unas veces me hace mucha gracia y otras ninguna. Pero mirando este vídeo, soy incapaz de ver otra cosa que al tipo de bigote con sonrisa de hijoputa, quien no para de liquidar pavos en una especie de máquina de tortura medieval. Es, sencillamente, genial.

Aquí la peña habla de Aznar, de Fabra y tal, pero los yanquis son los mejores.

La huida (II)

"La fantasía nunca arrastra a la locura; lo que arrastra a la locura es precisamente la razón. Los poetas no se vuelven locos, pero sí los jugadores de ajedrez". Gilbert Keith Chesterton. 


Cuando conocí a Antonio, nunca imaginé lo que sería capaz de hacer algunos meses después. Parecía uno de esos tipos inofensivos, alguien que no mataría ni a una mosca. Era un poco bravucón, es cierto, pero siempre pensé que era de los que no llegaban hasta el final. Me equivoqué.
Nos hicimos amigos poco a poco, fue como beber una botella de Jim Beam tranquilamente, sorbo a sorbo. A veces jugábamos al ajedrez hasta bien entrada la noche en un pequeño y oscuro garito de Malasaña. Él siempre perdía, pero el muy cabrón no dejaba de intentarlo y la verdad es que cada vez me lo ponía más difícil. Hace tiempo, en mitad de una partida se fue al baño a meterse un tiro y yo aproveché para hacer una pequeña trampa: moví mi caballo un escaque a la izquierda, desde C5 a B5, para permitirme poder atacar su torre en el siguiente movimiento. Un poquito más hacia el Oeste, pensé, sonriendo. Cuando regresó, se sentó en el taburete y tras beber un trago lanzó su mirada sobre el tablero. Le observé con atención. No parecía sospechar nada así que me animé: ¡Jaque! Antonio me miró duramente con gesto serio. Entendí que se había dado cuenta. Me había pillado. Discutimos un poco. Tuve que reconocer que había hecho trampas. Coloqué mi caballo en su posición original y continuamos la partida. Gané. Nunca me lo perdonó.
A veces, siempre al mediodía, nos cruzábamos por el barrio. Yo solía ir a hacer fotos por las callejuelas, a esa hora la luz es maravillosa. Antonio, simplemente disfrutaba paseando por ahí. Cuando nos encontrábamos, él siempre sonreía y nos íbamos al bar más cercano a beber cerveza y a charlar sobre mujeres y música. Eran sus temas favoritos. Le gustaban las chicas guapas y las canciones tristes. Tocaba el bajo en un grupo de rock bastante conocido en el mundillo underground de Madrid pero al parecer, las cosas no iban muy bien últimamente. La crisis, solía decir.

- Cada vez hay menos conciertos. El maldito Ayuntamiento está cerrando las salas grandes y las pequeñas no tienen dinero para pagarnos. Las cosas van mal. Muy mal. Hay que hacer algo –decía Antonio visiblemente enfadado.
- Hacer algo, ¿cómo qué? –le preguntaba yo.
- Hacer algo, no lo sé. Pero hay que hacer algo. Tenemos que conseguir pasta de alguna forma. 

Por aquel entonces yo no tenía ni idea de a qué se refería. Y cuando finalmente lo descubrí, ya era demasiado tarde.

sábado, 29 de noviembre de 2008

La huida (I)

"La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio".
Antoine de Saint-Exupery.


Aún no ha salido el sol, pero ya hay cientos de personas caminando por la Gran Vía. Los coches, como de costumbre, rugen por el asfalto. Un mendigo me pide un cigarrillo. No se lo doy. Hace frío y todo el mundo va muy abrigado. Voy al banco, retiro todo el dinero en efectivo y cojo el metro para ir a la estación de Atocha. Miro a una señora mayor sentada junto a mí. La sonrío y me devuelve una triste sonrisa. Apenas tardo 15 minutos en llegar y una vez allí, descubro, tal y como esperaba, que hay mucha gente así que será fácil pasar desapercibido. Observo a los policías que pasean con sus perros pero afortunadamente no parecen fijarse en mí. Tengo suerte, aún no ha saltado la liebre. Llevo un sombrero oscuro, unas botas de piel y un buen abrigo con mi pasaporte, un iPhone y cinco mil euros en sus bolsillos. Es todo lo que me hace falta. De momento.
Mientras espero mi turno en la larga cola de venta de billetes, pienso en cuál sería el mejor destino. Necesito salir del país discretamente. Y rápido. Sobre todo, muy rápido. Quizá tenga un día o dos antes de que todo salga a la luz. Barajo la posibilidad de ir al sur, a Sevilla o a Cádiz, donde tengo contactos y desde donde me sería muy fácil llegar a África. Aunque tendría que implicar a más personas. No creo que sea una buena idea. No hay que dejar ni rastro. Opto finalmente por comprar un billete a Barcelona, desde allí podré pasar a Francia sin utilizar mi pasaporte. Tengo que acertar. No puedo fallar. Las primeras 24 horas son las únicas 24 horas que cuentan.
El tren llega puntual. Subo por el primer vagón pero me olvido de mi asiento y voy directamente a la cafetería. Cojo El País y con un nudo en la garganta empiezo a pasar las páginas esperando no encontrarme una foto mía y un titular escandaloso acompañándola. Suspiro. Sigo de suerte: no hay ni rastro de lo sucedido. Nadie sabe nada aún. Estoy jodido, pero si no la pifio, todavía tengo una oportunidad. Levanto la mirada del diario y veo a una mujer morena beber tranquilamente un café. Es alta y tiene un bonito pelo. En realidad no es lo que se dice una tía buena pero tiene un cierto atractivo. Está distraída, mirando por la ventana. Parece que tiene la mente en otra cosa, sus ojos la delatan. Me gusta de inmediato pero mi instinto me alerta. Es una mala idea. Sonrío. Tengo la sensación que últimamente sólo tengo malas ideas. Vuelvo a sonreír. Supongo que hay cosas que nunca cambian. Me acerco a ella.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Relato breve (y triste)

Escrito por Ernest Hemingway en tan sólo seis palabras. Dice así:

"For sale: baby shoes, never used".

He probado a quitarle alguna palabra pero no funciona. He probado a crear algo parecido pero soy demasiado perezoso. Lo más cercano -en realidad bastante lejano-, siete palabras: "Cuando finalmente lo entendí, era demasiado tarde".

jueves, 27 de noviembre de 2008

Baby, I don't care

Robert Mitchum fue sin duda uno de los tipos más duros y uno de los mejores bebedores de todo Hollywood. Tiene mil anécdotas, claro, pero hay una que me hace bastante gracia. Durante el rodaje de una película en Dublín, el tío estaba bebiendo -como casi siempre- cuando se le acercó un irlandés bajito con ganas de bronca. Al parecer le pinchó con un lápiz en las costillas para llamar su atención e insistió en que le firmara un autógrafo. Mitchum le dijo que esperase a que se acabara su trago, pero el tío insistió tanto que finalmente cogió una servilleta en la que escribió: “que te jodan” y firmó como Kirk Douglas. El irlandés le arreó un puñetazo en el ojo como respuesta. Y él, impasible, liquidó su copa y mirándole fijamente a los ojos, le dijo: “Si esto es todo lo que sabes hacer, señorita, será mejor que vuelvas con tus amigas”.

Era además un actor cojonudo y sorprendentemente también cantaba. Su balada más famosa, se llama Thunder Road, aunque sinceramente, yo me quedo con la de Bruce

3,92

En general, odio la televisión. Toda la programación me parece tan mala, aburrida y carente de imaginación que en realidad básicamente sólo utilizo la tele para ver películas y fútbol.

Eso sí, a veces, fruto de la casualidad, descubro cosas dignas de enmarcar. En Digital Plus hay una cadena de música que por lo visto también ofrece uno de esos concursos telefónicos a los que casi nadie llama. La dinámica es muy sencilla: hay una imagen con varias monedas de euro, se trata de contarlas y de llamar para dar la cifra exacta. Las cuento: hay exactamente 3,92 euros. Al poco tiempo, alguien llama y dice "3,92". La presentadora, una pedorra adolescente le responde que no, que ha fallado. Me siento confundido. Vuelvo a contar las monedas. Efectivamente, son 3,92. Hay tres monedas de un euro, una de cincuenta céntimos, una de veinte, una de diez, dos de cinco céntimos y una de dos. 3,92 en total. No hay ninguna duda. La presentadora, que no para de hablar, da una pista: son menos de cuatro euros. Gran pista. Alguien llama al cabo de un rato: cuatro euros, dice. Oh, qué lastima. Te has acercado pero no es la cifra exacta. Pasan dos minutos más y alguien llama de nuevo: 3,92, asegura. Lo siento, la cifra no es exacta, contesta apenada la joven presentadora. El programa es una tomadura de pelo total pero sigo mirándolo con cierto interés. Ya nadie llama. La chica habla y habla pero nadie llama. Da una nueva pista y aparecen dos cifras: 1,48 y 2,56. Al parecer la respuesta es una de estas dos. Definitivamente no entiendo nada. Miro las monedas y las cuento una vez más: 3,92. La chica sigue invitando a los espectadores a participar. Al parecer hay 1.000 euros de premio y otros 10.000 a los que se puede optar, aunque todavía no sé cómo. Me pregunto cuánta gente estará viendo el programa. Tengo la sensación de que muy pocos. Miro el teléfono al que hay que llamar. Es uno de esos que cuesta un huevo. Pero tengo curiosidad y llamo. Aparece la voz de la insoportable presentadora asegurándome de que he estado muy cerca de poder participar y me invita a probar suerte de nuevo. Cuelgo pensando en el caradura que ha ideado todo esto y lo intento otra vez. Ahora hay suerte. ¿Hola? Mi voz suena en antena. La chica me saluda y me recuerda las dos opciones: 1,48 ó 2,56. La miro fijamente en la tele. Es guapa, pero parece medio lela. 3,92, le digo. No, no -responde ella- tienes que escoger entre 1,48 ó 2,56. Bueno, en realidad -le digo dulcemente- sólo llamaba para preguntarte si eres consciente de que éste es el programa más cutre de toda la historia de la tele. Ya lo decía Fellini -prosigo-, la televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural. Y por cierto, la respuesta correcta es 3,92. La chica sigue confundida cuando cuelgo el teléfono. Ella no puede verme pero yo la sigo observando a través de la pantalla. Cosas del directo, dice nerviosa. Alguien llama al instante y prueba suerte: 1,48, dice. La presentadora estalla de alegría: ¡Enhorabuena, has ganado 1.000 euros! Ahora, el supuesto concursante -sospecho que debe ser un técnico, un cámara o quizá su novio- puede conseguir el premio gordo, los 10.000 pavos. La chica le pide que diga tres números. El tipo responde: el 2, el 4 y el 6. Ella, saca un sobre en el que aparece una cifra: 581. Se trata en realidad de acertar un número entre el 1 y el mil. Super fácil. Le dice que lo siente y que lo intente otro día. El programa termina. Apago el televisor. El mundo va fatal.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

El hombre y la mujer



No puedo evitarlo. Me encantan las misses y sus opiniones acerca de la naturaleza humana.

برج دبي

Su Burj Dubai o Torre de Dubái es, por ahora su proyecto más ambicioso, pero seguro que sus petrodólares son capaces de maquinar más monstruosidades.

Según he leído, el 20% de todas las grúas del mundo están concentradas en la ciudad árabe. Viendo estas fotos, no es de extrañar. La primera imagen es de 1990 y, salvo unos pocos edificios, sólo se ve un inmenso desierto.


La segunda fue tomada en 2008; los edificios siguen allí, pero ya no queda ni rastro del desierto.


En 1587, el mercader veneciano Gaspero Balbi mencionaba el nombre de Dubái como uno de los lugares donde trabajaban los venecianos, buceando en busca de perlas. Seguro que por aquel entonces era un lugar hermoso.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Drogas legales

He optado por pegarme un pelotazo. Uno de los buenos: un poco de glicina por aquí, algo de povidona K30 por allá, dióxido de silicio y como no, estearato magnésico. Todo ello, combinado en cápsulas de gelatina con dióxido de titanio e indigotina.

El resultado, como no, es la bomba.

martes, 18 de noviembre de 2008

Los Sirius


Piratas

Hace ya más de tres siglos, mi antepasado, Francisco de Hadoque se enfrentó al temible Rackham el Rojo. Por aquel entonces, el mar estaba infestado de piratas y corsarios.

Desgraciadamente las cosas no parecen haber cambiado mucho, ya que todavía hoy, piratas más modernos -pero piratas al fin y al cabo- siguen navegando a sus anchas por aguas de medio mundo. Los últimos acontecimientos se centran en el océano Índico y su última presa ha sido un superpetrolero de 330 metros que escondía crudo por valor de más de 100 millones de dólares en sus entrañas.

Lo curioso del asunto, es que la embarcación secuestrada se llama "Sirius", el mismo nombre que tenía el barco que hace algunos años utilizamos para  buscar el tesoro de Rackam el Rojo. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Cómo los añoro! Sospecho que tarde o temprano habrá que volver a echarse a la mar.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

El precio de matar

Hace casi tres años, unos niñatos pertenecientes a familias acomodadas de Barcelona, entraron en un cajero de La Caixa donde dormía una indigente, la rociaron con 25 litros de disolvente, encendieron un cigarrillo y la quemaron viva.

Dos de ellos tenían 18 años y les han caído 17 de cárcel. El otro pequeño cabrón, tenía 16. Le metieron ocho años de internamiento en un centro de menores.

Pero lo sorprendente es que, además tendrán que indemnizar a la madre y a la hija de la víctima con 46.000 euros y a La Caixa con 26.000 euros por los daños provocados. Matar a una persona: 46.000; quemar un cajero: 26.000. Menos de la mitad. Últimamente la vida humana cotiza a la baja.

África, a la deriva


El tipo se tiró más de dos años recorriendo Mali, Senegal y Mauritaria buscando un billete para llegar a las Islas Canarias en cayuco. Las mafias locales le engañaron varias veces. Finalmente lo consiguió y embarcó desde una playa de Mauritania, junto a 39 inmigrantes -incluida una niña de menos de un año-, destino a la isla canaria de El Hierro. Y no sólo embarcó, sino que lo grabó todo. Un vídeo increíble; un desastre total.

Se llama Dominique Molard, es periodista y se la ha jugado.

Vivió tres intensos días y tres frías noches de dura navegación hasta que, en mitad del océano, el cayuco rompió su último motor y todos quedaron a la deriva. Un infierno.

Pero tuvieron suerte: tras una llamada vía satélite, un enorme petrolero ruso desvía su ruta y consigue rescatarlos. A los rusos no les hace mucha gracia, no les tratan demasiado bien. Están perdiendo tiempo y cada día le cuesta al armador 150.000 Euros. No les dan ni vodka. Y además, a la mañana siguiente los entregan a una patrullera marroquí. Todos de vuelta. Fin del viaje.

A Dominique no le fue mal. Ha vuelto sano y salvo con su exclusiva bajo el brazo. A los inmigrantes les ha ido fatal. Y les irá peor.

lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Una soplona?

Me encanta el titular de esta noticia. Al parecer Miriam Makeba murió poco después de actuar en un concierto y como éste era a favor del escritor Roberto Saviano, al periodista de El País le pareció una buena idea darle un toque mafioso a la historia. O tal vez piense que romper la omertà genera mucho estrés, quién sabe.

The Spirit



En los años 40, Will Eisner, creó un personaje de cómic, Spirit y estas navidades Frank Miller estrena nueva película. No sé si la adaptación será interesante o no, pero al menos salen mogollón de tías buenas.

De todas formas, esta vez no me interesa tanto la historia, sino los carteles de la peli. Por el momento hay muy pocos y aunque todos molan bastante, ninguno es el oficial. Por el momento...

¿Qué hay de nuevo, viejo?


En algún sitio muy lejano alguien decide que un conejo muy famoso no es en realidad tan famoso como debería. Obviamente hay que tomar medidas urgentes para solucionarlo. Así, poco después, y en otro lugar, alguien se pone a trabajar en ello.

viernes, 7 de noviembre de 2008

El curioso caso de Benjamin Button



David Fincher siempre me ha parecido un tipo bastante turbio, muy oscuro, una especie de perturbado mental del cine. En su última película vuelve a las andadas, aunque esta vez cuenta el sueño de mi vida: el mundo al revés. No es una idea nueva, claro, pero sería emocionante vivir y morir así.

jueves, 6 de noviembre de 2008

El último minuto


Los guionistas del fútbol siguen esmerándose en buscar finales inverosímiles pero su imaginación empieza a agotarse. Sospecho que para poder seguir sorprendiendo al público tendrán que currárselo un poquito más, porque lo del penalti en el último segundo empieza a estar muy visto. Con sólo pensarlo un par de minutos se me ocurren varios finales más interesantes para los próximos partidos:

1.- A punto de finalizar el encuentro, con empate en el marcador, un rayo cae sobre un árbitro de tercera división y su silbato suena justo en preciso instante en el que cae fulminado. Los jugadores detienen el partido pero nadie sabe qué ha pitado. Tras consultarlo con el público, el juez de línea finalmente señala fuera de juego del equipo visitante y expulsa al portero local por pérdida de tiempo. El partido se reanuda con el cuarto árbitro al frente.

2.- Minuto veinte de la primera parte en el Santiago Bernabéu. El equipo local golea por tres goles a cero. En ese momento, Obama retira su apoyo a Israel y en todo el Oriente Próximo estalla una brutal guerra. Una bomba atómica de 20 megatones cae fortuitamente sobre el estadio, destruyendo todo en un radio de 30 kilómetros. El partido se suspende por falta de futbolistas sobre el terreno de juego -y por falta de terreno de juego- dándose por bueno el resultado que figuraba en el luminoso antes del impacto.

3.- Último minuto de partido con empate a siete goles en el marcador. El equipo visitante se dispone a sacar un córner cuando un defensa agarra a un delantero rival y comienza a besarlo apasionadamente. El portero, tras quitarse los guantes, se une a ellos y se forma un rápido ménage à trois sobre el césped. El árbitro, sin dudarlo un sólo instante, pita libre indirecto pero un terremoto de 9,5 puntos en la Escala de Richter impide que el partido continúe.

Bush pierde

Obama gana


«Esta noche, esta noche más que cualquier otra noche, no tengo en mi corazón nada más que amor por este país y por todos sus ciudadanos, me hayan apoyado a mí o al senador Obama. Deseo que Dios acompañe al hombre que fue mi rival y será mi presidente. Los estadounidenses nunca nos retiramos. Nunca nos rendimos. Nunca nos escondemos de la historia. Hacemos historia. Que Dios os bendiga a todos».

John McCain

Naturaleza salvaje






Algunas de las ganadoras de la última edición del Best Wild Animal Photos que organiza cada año National Geographic pueden parecer duras pero a mí me parecen realmente hermosas. Otras, en cambio, resultan muy difíciles de entender.

martes, 4 de noviembre de 2008

Satirarte

La verdad es que este tipo juega en otra liga. Sus reflexiones gráficas tiene tanto nivel que seguro que a muchas personas les toca los cojones todo lo que hace. Lo cual es para estar orgulloso, todo hay que decirlo. Sospecho que en El País sólo le toleran porque es el favorito de los lectores. Algunos ejemplos aquí.

lunes, 3 de noviembre de 2008

La última curva


Al final -muy, muy al final- Hamilton se ha salido con la suya y se lleva el campeonato a casa. Fue una bonita jornada con un final realmente intenso. Ha sido, y de largo, la carrera más divertida del año.

Aunque las mejores imágenes no estaban en la pista, sino en el box de McLaren. Ella se llama Nicole, y al parecer canta, baila, actúa y además se cepilla a Lewis. ¡Enhorabuena, campeón!

sábado, 1 de noviembre de 2008

Un mundo de locos

Lo que le han hecho a Asha es una auténtica vergüenza. Es una locura. Es un desastre total. Qué mala suerte nacer en algunos países.

Massa attacks!



Hace un año vimos un final de campeonato en Brasil realmente divertido. A ver qué pasa mañana. La pole para Massa, Hamilton cuarto y Alonso sexto. El inglés lo sigue teniendo todo a su favor pero yo no apostaría mucho dinero por él.

El tricampeón del mundo, Nelson Piquet Senior, asegura que no pasará de la primera curva. Aunque el ex piloto brasileño tiene fama de ser un poco bocazas. Hace años, llegó a decir que sólo había una cosa en la que Mansell ganaba a todos los demás: su mujer era la más fea de todo el paddock.

viernes, 31 de octubre de 2008

God bless America

Apenas quedan unos días para las elecciones en los Estados Unidos, donde su sabio pueblo votará al nuevo líder del mundo libre, azote del mal, ayatolá del rock and roll y maharajá de Rawhajpurtalah.

Todo indica que ganará Obama (al margen de las encuestas, con tan sólo pensarlo un instante lo de McCainn y Palin suena a chiste de mal gusto) pero como los yankis son idiotas, nunca se sabe. En fin,  gane quien gane, a ver si hay suerte y dejan de joder a todo el planeta.

Con respecto a las votaciones, se acaba de estrenar "Recount" una curiosa e interesante película de la genial factoría de HBO en la que cuentan la historia de las elecciones de 2000 y de cómo transcurrió todo el turbio asunto del recuento de votos en Florida con la consiguiente derrota de Al Gore. Merece la pena.

Quieren el cielo

Con un pulmón perforado, que hace que cada paso se convierta en una auténtica pesadilla, me he arrastrado hasta el Patio, donde anoche había una pequeña obra de teatro.

Cientos de personas se congregan allí para beber, fumar, reír y sobre todo para hablar, la gente nunca deja de hablar. En sus seis pisos, se puede encontrar de todo: ropa gratis, una pequeña biblioteca, unas vistas maravillosas que dominan todo el barrio, talleres de todo tipo y por supuesto, alguna que otra reunión clandestina... La verdad es que estos tipos no se lo montan nada mal. Cada vez que me paso por allí tengo buenas sensaciones.

Resulta divertido caminar sin rumbo por las entrañas del edificio. Siempre pasan cosas interesantes. En la cocina, en el bar, en la azotea o en cualquiera de sus docenas de salas se suelen ver escenas curiosas. Desgraciadamente, no se pueden contar: lo que pasa en el patio, obviamente se queda en el patio.

jueves, 30 de octubre de 2008

Asco


La situación cada vez me entristece más. Da igual lo bajo que puedan llegar a caer porque una y otra vez son capaces de superarse. Recuerdo a una persona que hace tiempo le dijo a otra: "no hay palabras para describir lo asqueroso que eres". Y con estos tipos, es exactamente así; por más que me esfuerzo, no encuentro palabras para expresar lo que siento hacia ellos. Si acaso, algunas se aproximan: repugnancia, repulsión, asquerosidad, aversión, odio, animadversión, grima, desagrado, aborrecimiento, empalago, empacho, inapetencia, saciedad, hastío, desapego, antipatía, tirria, manía, disgusto, temor, angustia, desazón, náusea, arcada, basca, vahído o vómito.

Son unos cobardes, unos ignorantes y unos hijos de la grandísima puta.

martes, 28 de octubre de 2008

El caso y la casa

El caso es, sencillamente, asqueroso. La casa no está mal, aunque podía ser un lugar maravilloso. Hay talleres literarios y de fotografía; cursos de cómo abrir cerraduras, sin llaves, claro; algunas litronas por el suelo; muchas puertas que abrir y muchos cuartos por explorar. Muchas cosas, en general, pero sobre todo hay un montón de personas con inquietudes. No sé exactamente qué quiere decir todo esto, pero lo cierto es que me alegra. Me hace sentir bien. Me hace pensar que hay cierta esperanza.

lunes, 27 de octubre de 2008

El fútbol según Hitchcock (II)

Una semana después de la gran interpretación en el Calderón, volvía a la carga el Atlético, esta vez frente al Villarreal y esta vez, el listón estaba alto, muy alto. El público ya lo sabía todo de sorpresas, suspense y finales no aptos para cardíacos. Esta vez había que plantear algo diferente. Y la verdad es que los guionistas estuvieron (casi) a la altura.

Para empezar, tras varias funciones donde el Atlético encajaba un gol en los primeros segundos, optaron por un comienzo diametralmente opuesto. En esta ocasión fue el equipo rojiblanco el que golpeó primero. Con apenas un minuto de partido, una jugada de ensueño y un zapatazo desde la frontal inauguró el marcador. 0-1. Simão sonreía. Sabía que el guión le reservaba aún más protagonismo.

El público se preguntaba: ¿será un espejismo? Pero no, el dominio del Atlético se hacía evidente minuto a minuto y así, tras una gran galopada por la banda, Simão servía a Forlán, y el uruguayo fusilaba a su ex equipo y, como no, lo celebraba por todo lo alto. 0-2. Esta vez no habría suspense, no habría emoción. El partido estaba controlado y la ventaja era suficiente. O eso parecía. Porque los guionistas buscan cualquier excusa para dotar de interés a sus partidos. Y los del Atleti quizá carezcan de otros ingredientes, pero interés lo que se dice interés, lo tienen a raudales. Para reforzar su teoría, obligan a un futbolista a irse al vestuario antes de tiempo. Banega, el joven centrocampista argentino finge un ataque de locura y en el cénit de su actuación, se recorre todo el campo para, a más de setenta metros de su portería noquear a un rival en una situación totalmente intrascendente. Segunda amarilla: el Atlético se queda con diez. El arbitro, esta vez un secundario de lujo, pita el final de la primera parte. Los jugadores enfilan el túnel de vestuarios a repasar el guión. Lo bueno aún está por llegar.

Comienzo del segundo acto. Se abre el telón, pasan un par de minutos y el Villarreal marca. Tal cual. El público no se sorprende esta vez. Se venía venir. El gol era tan obvio como predecible. Un disparo desde 30 metros que Leo Franco deja entrar en su portería descaradamente da comienzo al brutal ataque del submarino amarillo. Un ataque con corazón, cabeza, táctica y técnica. Son buenos jugadores y mejores actores. En los siguientes quince minutos no sólo empatan (Llorente, minuto 51), sino que se ponen por delante (Gonzalo, minuto 58) y hasta consiguen otro gol de ventaja (Rossi, minuto 68). La afición del Atlético busca, impotente, una respuesta a lo que está viendo, mientras el público local disfruta de la remontada sabiendo que ahora sí, el partido les pertenece. Pero si la historia nos ha enseñado algo, es que los del Manzanares son capaces de todo, de lo peor pero también de lo mejor.

Hitchcock lo explica a la perfección: un hombre -el malo- llega a una sala y coloca una bomba bajo una mesa. Se marcha y al poco tiempo, una mujer -la buena- entra en el mismo cuarto, se sienta y empieza a comer, sin saber que hay una bomba a medio metro de ella. El público sufre porque es una acción muy natural alterada por un elemento letal. Así es el Atlético: una bomba de relojería. Porque, a falta de siete minutos para el final, Simão, disfrutando de su papel protagonista, se hace con el balón en el centro del campo y sale disparado hacia la meta rival, se deshace de un par de defensas, encara al portero y le bate con gran habilidad. El campo se queda en silencio. Los jugadores del Villarreal se miran unos a otros con cara de preocupación. Y no es para menos, ya que apenas dos minutos después, una vez más Simão -siempre Simão- se dispone a lanzar una falta desde gran distancia. Balón al área. Todos los jugadores amarillos y rojiblancos reunidos en unos metros. Se respira la tensión. El balón toma altura, sale despacio de las botas del portugués aunque empieza a tomar velocidad según se acerca a la portería. Todos los futbolistas saltan, hay empujones, una nube de cabezas intenta atacar o defender, pero sólo una destaca entre todas, sólo una consigue golpear el cuero. Es Raúl García. Y es gol. Así es el Atlético de Madrid. Y así son sus partidos: una locura.



PD: El desenlace pudo haber sido épico. En los cuatro minutos que aún se disputaron, el Atlético disfrutó de otra ocasión que perfectamente pudo acabar con el tanto de la victoria pero sospecho que el guionista no supo sacar todo el partido a su imaginación. O tal vez su imaginación estaba exhausta tras tantas emociones. Ocho goles, esta vez, fueron suficiente. Habrá que esperar a la próxima función. El espectáculo debe continuar.

viernes, 24 de octubre de 2008

¿Crisis?

Dicen que las crisis son situaciones dificultosas o complicadas. Me pregunto cuantas personas viven en España una situación realmente difícil. Y me pregunto qué es verdaderamente una situación difícil: ¿no poder pagar la hipoteca? ¿No poder irse de vacaciones? ¿No poder cambiar el coche por el último modelo de ocho cilindros?

Me pregunto qué carajo es una crisis en realidad. ¿Carteles de "se vende" en la mitad de los pisos de las grandes ciudades? ¿Debates políticos de cuarta división? ¿Titulares alarmantes con siniestras intenciones? Pero, sea lo que sea, sobre todo me pregunto a cuántos ni les afecta, ni les interesa y lo que es peor: ¿cuántas personas se van a beneficiar de todo esto?

jueves, 23 de octubre de 2008

martes, 21 de octubre de 2008

Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio.


Larry Grobel
: ¿Ha leído algo de Jacqueline Susan o de cualquier otro autor de éxitos de público como Irving Wallace o Harold Robbins?

Truman Capote: No. Lo único que hago es divertirme a costa de ellos. (Risas.) ¡Yo provoqué la muerte de Jacqueline Susan! Yacía en la cama, muriéndose de cáncer. Yo no lo sabía. Yo estaba en la televisión y alguien me preguntó lo que pensaba de Jacqueline. Y yo dije: "parece un camionero travestido." Y ella estaba viendo el programa. Se cayó de la cama. (Risas.) Su marido la recogió. Empezó a echar sangre por la boca y no se recuperó. Me demandó y me pidió un millón de dólares. (Risas.) Le dijeron que haría mejor en retirar la demanda, porque lo único que tenían que hacer era llevar a la sala del tribunal a diez camioneros y ponerlos en el estrado de los testigos para que perdiera el caso. Porque efectivamente parecía un camionero travestido. (Risas.)

Conversaciones íntimas con Truman Capote. Lawrence Grobel, 1985.

domingo, 19 de octubre de 2008

El fútbol según Hitchcock


Evidentemente, lo que sucede en el fútbol no es casual. Es un secreto a voces que existe un pequeño grupo de guionistas que se encargan de planificar y redactar todos los partidos. Los futbolistas y los árbitros -sus protagonistas- se limitan a representar el papel que se les ha encargado. Y nunca pueden salirse del guión, claro está. Para eso les pagan.

Estos guionistas suelen recurrir a las viejas fórmulas del fútbol, a las que saben que funcionan: goles, polémica, expulsiones, cosas así. Pero siempre con una relativa igualdad para que el personal no se mosquee demasiado. A veces ganan unos y a veces otros. Así son las cosas y así se mantiene el equilibrio.

Pero al parecer hay un guionista díscolo; uno que va a su rollo. Un tipo -se rumorea que un gran bebedor- que se salta las normas; dicen que es un enamorado del suspense y lo que es peor: del Real Madrid. Ayer, en el encuentro del Atlético frente a su eterno rival, el muy cabrón se lució. El tío sacó lo más retorcido de su repertorio a relucir. 

Al igual que Alfred Hitchcock aparecía al principio de sus películas -y de forma muy visible- para que los espectadores dejaran de buscarlo en la pantalla y se centraran en la historia, el guionista optó por un gol madrugador -terriblemente madrugador- para que todo el mundo dejara de buscarlo y se centrara en el espectáculo. Muy inteligente.

Al arbitro, otro de los actores principales, el guionista le reserva un papel crucial: es el tipo que parece que va con los americanos pero que en realidad ayuda en secreto a los rusos. Primero anula un par de goles legales al Madrid -dos de cal- y después le saca la tarjeta roja a Perea -una de arena-. Al rato expulsa a Van Nistelrooy -más cal- y finalmente, en el último instante, tras un partido plagado de errores, toma su única decisión acertada y mata a los locales. Cuando todo el mundo pensaba que era el bueno, en realidad era un agente doble.

Tras el gol inicial y las dos expulsiones, el Atleti se lanza a la carga, obvio. La trama está servida. Una y otra vez lo intenta pero no puede. El tiempo pasa y el final parece acercarse. Pero aquí viene la primera parte de la sorpresa. Minuto noventa: una falta en la frontal. Simao toma aire, coge carrera y chuta. El balón se alza, supera con estilo la barrera y se cuela en el fondo de la red. La euforia se despierta, la alegría en el estadio se desata. El Atlético consigue empatar el partido en el último instante. Un buen final para una buena historia de suspense. Pero no para una obra maestra. No a la altura de Hitchcock. Falta una vuelta más, un último giro. El arbitro, quien previamente se había lesionado, añade seis minutos de prórroga. Lo lógico sería ver al equipo local atacando en busca de una victoria épica, pero ocurre todo lo contrario y en el último segundo, en el último suspiro, cuando todo parecía acabado, el arbitro hace sonar su silbato y pita penalti en contra del Atlético. El estadio se queda en silencio a la espera de la sentencia final. Nadie se lo puede creer, pero el guionista no lo duda. Implacable, decide que el portero roce con sus guantes el balón, pero que sea incapaz de evitar el drama final. El balón entra, el partido se acaba, la historia se repite.

jueves, 16 de octubre de 2008

Un chien andalou



Descubro, con gran inquietud, que tanto Pierre Batcheff como Simone Mareuil, dos de los actores protagonistas de "Un perro andaluz" se suicidaron. Él se envenenó con Veronal poco después del rodaje; ella tardó un poco más, pero finalmente la muy bestia se empapó con gasolina y se quemó viva en una plaza pública. 

Creo que Buñuel murió de algún tipo de cáncer. Dalí, de viejo, de un paro cardíaco o algo así después de sufrir como un perro tras la pérdida de Gala. A su cadáver le extrajeron las vísceras y le inyectaron un conservante a base de formol. Vamos, que embalsamaron al tío. Y después del funeral, el féretro fue trasladado a hombros a su mausoleo por unos tipos ataviados con un uniforme diseñado por el propio Dalí. Surrealista, no podía ser de otra manera.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Conversaciones con Al Pacino, 1996

Casi 20 años después de su primer encuentro, Grobel charla de nuevo con Pacino y éste saca a relucir su lado más cínico y bromista. Un cachondo, como era de esperar.

Lawrence Grobel
: Has recibido reconocimientos del Festival de Cine de Venecia, del Museo Americano de la Imagen Móvil, los Globos de Oro. ¿Cómo te ha afectado toda esa gloria?
Al Pacino: Creo que mi estilo en el pádel ha mejorado. [Enciende un cigarrillo.] Cada vez que pierdo un punto pienso en mis premios y entonces me recupero.

LG: Creía que habías dejado de fumar.
AP: Éstos son de hierbas. No te mueres de cáncer, sino de aburrimiento. Pero huele a marihuana, así que pareces guay.

LG: ¿Cuándo te fumaste un porro por última vez?
AP: Fumé porros hace muchos años. No era demasiado asiduo pero de vez en cuando me gustaba fumar mientras bebía vino.

LG: ¿Por qué lo has dejado?
AP: Los alucinógenos o las sustancias que alteran la mente me dan miedo. Hace que me sienta mudo. Es como vivir en una especie de malla: te quitan el poder, la energía, le quitan fuerza a la vida.

Vito y Michael

Por puro aburrimiento y mientras se me ocurre algo mejor que hacer, me he dedicado a revisar la filmografía completa de Pacino y, ayudado por las Conversaciones con Lawrence Grobel, la verdad es que sigo pensando que es un tipo fascinante. Muy pasional, muy intenso. Un genio, vamos.

Pero lo cierto es que tanto él, como su buen amigo De Niro se podían haber ahorrado su última broma juntos. Lo sé, tienen ya 68 y 65 años respectivamente. Y muchos gastos, supongo. No obstante, la película, además de predecible, es sencillamente irrelevante. Sospecho que si nunca la hubieran hecho, nadie la habría echado en falta.

Pero bueno, a estas alturas, ni Pacino ni De Niro tienen que demostrar gran cosa a nadie. Son dos monstruos de la interpretación, eso está claro, y ambos han tenido una vida realmente intensa, lo cual no está nada mal. Son los putos Padrinos, y poco más hay que decir.

Si lo pienso un poco creo que me cae mejor Al, aunque tengo que reconocer que siempre me hizo mucha gracia el hecho de que Bobby sólo se lía con tías negras.