Pero lo cierto es que tanto él, como su buen amigo De Niro se podían haber ahorrado su última broma juntos. Lo sé, tienen ya 68 y 65 años respectivamente. Y muchos gastos, supongo. No obstante, la película, además de predecible, es sencillamente irrelevante. Sospecho que si nunca la hubieran hecho, nadie la habría echado en falta.
Pero bueno, a estas alturas, ni Pacino ni De Niro tienen que demostrar gran cosa a nadie. Son dos monstruos de la interpretación, eso está claro, y ambos han tenido una vida realmente intensa, lo cual no está nada mal. Son los putos Padrinos, y poco más hay que decir.
Si lo pienso un poco creo que me cae mejor Al, aunque tengo que reconocer que siempre me hizo mucha gracia el hecho de que Bobby sólo se lía con tías negras.
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