En ambas, todos los que comprueban que la guadaña está más cerca de lo que pensaban, deciden hacer una lista de cosas que hacer antes de morir. Cosas interesantes, en general, aunque es sospechoso que apenas tardan unos segundos en redactarla. Si lo hubieran pensado un poco más, ¿quizá hubieran escrito otra cosa?
Si hiciéramos una lista, ¿qué escribiríamos? ¿Qué es lo que queremos hacer y aún no hemos hecho? Y la gran pregunta: ¿por qué no lo estamos haciendo?
Quizá en realidad las personas no tenemos ni puta idea de lo que queremos. O tal vez no nos preguntamos nada. Alguien decía que las conclusiones son aquellos sitios a los que llegamos cuando nos cansamos de pensar.
Y a veces, es jodidamente cansado pensar.
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