miércoles, 28 de enero de 2009

Jazz

Un negro, una camisa blanca, un saxo y mucho, mucho humo. El ángulo perfecto, un poquito de alcohol, quizás un piano y una rubia sentada sobre él, con un vestido rojo y los labios más rojos aún. En ese preciso instante, la atmósfera se convierte en música.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una buena foto, una buena descripción. Como para estara allí con un buen bourbon.